REVISAR Y PENSAR NUESTRA HISTORIA ES CONSTRUIR UN FUTURO PARA TODOS Y TODAS.
En estos 200 años de historia argentina, muchas fueron las luchas que libramos como pueblo, hubo avances y retrocesos; puebladas y dictaduras; victorias y derrotas. Pero si hay algo que nunca han podido quitarnos aquellos que desde siempre trataron de hacer un país para pocos es la memoria. Ese gran legado que nos permite reflexionar críticamente en este Bicentenario acerca del camino recorrido y del que queda por recorrer.
La memoria es la que nos hace tener muy presente que hace más de 30 años que tenemos un modelo económico manejado por los grandes grupos empresariales, totalmente concentrador y al servicio de los capitales extranjeros que vienen a buscar aquí mano de obra barata, modelo profundizado en los 90’ con el menemismo y sostenido por todos los gobiernos que lo sucedieron que no tuvieron vergüenza de mostrarse ante el pueblo que salió a decirle basta al grito de “que se vayan todos” en el 2001. Modelo que el gobierno kirchnerista, que se dice nacional y popular, siguió manteniendo como base productiva.
Las consecuencias de este mismo modelo que tuvo y tiene distintas caras, pero que de fondo mantuvo la misma base, tod@s las conocemos: la desindustrialización y la falta de empleo; el saqueo de los recursos naturales y su entrega a las transnacionales en detrimento de los intereses populares; la regresiva redistribución del ingreso y la cada vez mayor concentración de la riqueza, solo por mencionar algunos ejemplos.
30 años en los que la vieja política de la mano del Partido Justicialista y la Unión Cívica Radical nos han gobernado alternadamente. Dos estructuras partidarias, vacías de contenido y colmadas de corrupción que se manejan de manera clientelar tanto en los barrios como en las universidades, generando dependencia y conformismo, culpables de que muchos descrean de la política como herramienta transformadora.
Porque tenemos memoria es que denunciamos toda política que vaya en contra de los intereses populares. Porque ya nuestro pueblo y nuestra juventud derramaron demasiada sangre para defender los intereses de su Patria como para permitir que quieran hacernos retroceder.
La memoria es la que nos hace gritar un rotundo no al pago de la deuda externa ilegitima. La que nos hace repudiar a la vieja política. La que nos encuentra en las calles exigiendo que el trabajo sea para quien lo necesite y no un recurso que el clientelismo partidario pueda utilizar para su conveniencia. La memoria nos hace buscar una alternativa.
Hoy tenemos un PJ-Kirchnerismo que dice defender un proyecto popular cuando claramente podemos ver la falta de voluntad política para modificar la estructura económica, lo que equivale a decir mantener la riqueza concentrada en pocas manos y la pobreza distribuida en muchas haciéndole honor al neoliberalismo.
Falta de voluntad que se ve en la decisión de someterse a condiciones inaceptables para pedir crédito en el mercado internacional con la excusa de cubrir los problemas presupuestarios, en la normativa que se mantiene para el sector financiero que lo libera del pago de impuestos y permite la libre especulación financiera, en el rol fundamental que tienen las empresas para decidir los rumbos del país.
UN NUEVO MODELO.
En cambio, la construcción de un nuevo Proyecto Nacional, implica la distribución de la riqueza como eje principal, la recuperación y desarrollo de la industria y la promoción científico-técnica, implica la lucha contra la pobreza porque el hambre es un crimen, la búsqueda de soberanía económica, la recuperación de los recursos naturales y la defensa del medio ambiente, la lucha por una democracia participativa y no el sistema representativo al cual nos quieren acostumbrar, desterrar la corrupción del Estado desplazando del mismo a los partidos tradicionales y a las viejas formas de hacer política, el desarrollo de la cultura para romper con lo impuesto y la integración autónoma de América Latina, la Patria Grande.
Como juventud y pulmón de la historia, tenemos una tarea fundamental en la construcción de ese nuevo modelo: impulsar los procesos de cambio, ser parte de la organización estudiantil, juvenil, de género, social y política. Y para eso es imprescindible construir una alternativa al bipartidismo, que intenta instaurarse como único sistema político posible, una herramienta política y social en la que la juventud sea protagonista, que aporte nuevas formas de pensar la Argentina, donde la solidaridad y el compromiso con todas las luchas estudiantiles, de los pueblos originarios, de género, de los movimientos sociales, sean el corazón que guíe esa construcción.
La memoria es, por sobre todas las cosas, la que nos hace saber que la esperanza sigue en pie mientras haya un pueblo que luche, porque así lo demuestra nuestra historia. Por eso desde el Movimiento Universitario SUR creemos que junto al Movimiento Proyecto Sur Y Pino Solanas podemos apostar a la búsqueda de un nuevo proyecto nacional que continúe las batallas del campo popular que en más de 200 años de historia se han librado en nuestra Patria.
Sabemos que los jóvenes tenemos un papel fundamental en esta tarea, porque somos los que llevaremos rebeldía e ideas transformadoras a la política, los que vamos a dirigir ese nuevo país que buscamos, los que tenemos la obligación de ocuparnos de que la lucha de tantos incansables de nuestra Patria no haya sido en vano.
