sábado, 17 de julio de 2010

Emoción, lágrimas, risas. Historia.

La igualdad jurídica y social ya es un hecho.

Somos lxs primerxs en América Latina y lxs decimxs en el mundo en tener el matrimonio igualitario.

Debemos sentirnos orgullosxs por esta ley que celebra el amor diverso y que da por tierra al término “minoría”. Todos y todas iguales, con los mismos derechos y los mismos nombres.

Casi a la misma hora, tal como sucedió con la media sanción en la Cámara Baja, lxs senadorxs decidieron igualar social y jurídicamente a los gays y a las lesbianas otorgándoles la posibilidad de contraer matrimonio civil.

Tras horas y horas de arduo debate, con posiciones encontradas, posturas a favor y otras en contra se aprobó la modificación del Código Civil de la Nación garantizando lo establecido en el art. 16 de nuestra Constitución Nacional: “Todxs lxs habitantes son iguales ante la ley”.

Gracias a la sanción del matrimonio igualitario podemos avanzar e ir conquistando todos nuestros derechos y libertades democráticas para mejorar de una vez por todas el acceso al mundo laboral, a la vivienda, a la educación, a la educación y a la salud que hoy en día se le niega a gran parte del colectivo LGBTI, dado que vivimos en una sociedad patriarcal, heteronormativa, clerical y opresiva.

Celebremos la diversidad y ahora vamos por más.

Ley de identidad de género, aborto legal, seguro y gratuito y la definitiva separación de la Iglesia del Estado.

Libres y diversxs, unidxs para vencer

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